Caso Franco Escobar

“Éste no es un juicio, es una puesta en escena”

San Luis (Pelr) 11-11-14. La frase pertenece a una de las partes que está llevando adelante el juicio oral y público por la muerte de Franco Escobar, ocurrida en 2007, cuando el menor de 13 años -por varios motivos- permaneció 21 días internado a la espera de ser operado de una fractura de fémur. Lo más importante de quien dijo la cita, es que no es ninguno de los dos defensores de los médicos procesados. El debate se reinicia hoy a partir de la hora 09:00.

Para llegar a esa tajante frase, quien la dijo expresó previamente que “la policía investiga para la m… -en adelante utilizaremos el término ‘mal’, que periodísticamente es más correcto que el utilizado por el abogado-, después el juez de primera instancia sigue la investigación ‘mala’ de la policía y esto hace que a nosotros -a quienes llevan adelante el juicio oral y público- nos llegue para la ‘mal’. Y somos nosotros los que tenemos que dar la cara ante los familiares de las víctimas y de los procesados”. A lo que remató “en este caso, éste no es un juicio, es una puesta en escena”.

Creemos importante los dichos de este profesional, porque es la realidad que los periodistas que cubrimos este tipo de noticias, observamos en varios debates. Vale aclarar que preservamos la identidad del abogado, por haber sido frases volcadas en un diálogo privado y no en una entrevista periodística. Eso sí, de la charla hay varios testigos presenciales.

Y la verdad es que cuando uno revisa la causa, se encuentra con dos procesados, cuando los hechos demuestran que ha habido muchos más posibles responsables.

Si uno lee las declaraciones de los forenses y peritos, se desprende fácilmente que uno de los grandes responsables de la intervención quirúrgica que llevó a la muerte a Franco, debido a una intensa pérdida de sangre, no está sentado en el banquillo de los acusados. Se trata del anestesista de apellido Emparanza. Pero hay, todavía, un dato más curioso, como que fue el propio particular damnificado quien desistió de que se lo llamara a prestar declaración indagatoria, allá por 2011 (ver archivo), para “acelerar” la llegada del debate oral, algo que finalmente no se produjo, puesto que el juicio recién comenzó tres años después de lo que el particular damnificado esperaba.

Tanto el médico José Luis Peralta -perito propuesto por el particular damnificado, según nos informaron- como los forenses Ricardo Torres y Jorge Giboin, coincidieron que el máximo responsable de que a Franco se lo operara sin un prequirúrgico, fue precisamente el anestesista. Entonces, es inconcebible que el juez Jorge Sabaíni Zapata no hubiera agotado las instancias para tomarle declaración indagatoria, incluso conduciéndolo con la fuerza pública o pedido de captura internacional, en el caso de que Emparanza se reusara a presentarse.

A uno de los procesados, el pediatra Quintero, se le achaca no haberse dado cuenta de una anemia que sufría el menor y que los peritos adjudican a una “enfermedad encubierta”, anemia que habría sido el factor desencadenante para el desangrado posquirúrgico. Anemia que según el pediatra, él pensó que era producto de la quebradura. Teniendo en cuenta que Quintero fue el médico de cabecera durante la internación del menor durante 14 -de los 21- días, y que luego dejó de serlo porque fue derivado a otro sector y que desde el día 15 hasta el 21 lo asistieron varios pediatras de diferentes turnos; es fácil advertir que fueron varios los pediatras que pudieron observar la anemia y más de uno podría haberla adjudicado a alguna “enfermedad encubierta”. Sin embargo, de todos esos pediatras, hay uno solo en el banquillo de los acusados y para colmo no es de los que estuvieron las horas previas a la intervención quirúrgicas, que pudieran haber advertido a la cirujana para que no realizara la operación.

Es más que evidente que el juez Sabaíni Zapata no quiso, no pudo, o no le interesó investigar más a fondo esta causa, la que se puede tildar como “el mayor juicio al sistema de salud pública que hubo en la historia de la provincia”, frase que pertenece al mismo abogado del que hablamos en esta nota.

De todo esto, se desprende preocupantemente que, cualquiera sea el resultado de este debate, se habrá perdido una oportunidad histórica para que la muerte absurda de Franco Escobar hubiera recibido justicia, porque “éste no es un juicio, es una puesta en escena”.

Informe: Carlos Rubén Capella
carlosrcapella@yahoo.com.ar


 

 

 

 
   
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