Triple crimen de General Rodríguez: se entregó Poggi y quedó detenido en Campana

El ex funcionario de la municipalidad de ese partido bonaerense en la causa en la que se investiga a un cartel mexicano que elaboraba metanfetaminas, se entregó ayer ante la Justicia y declaró que no sabía que en el galpón que alquiló había efedrina pero quedó preso. Al mismo tiempo, declararon las viudas de los tres empresarios asesinados.


Mientras se producía la entrega de Poggi, en el mismo Juzgado Federal de Campana declararon como testigos las viudas de los tres hombres asesinados a balazos en esa localidad bonaerense y una de ellas apuntó a un empresario argentino investigado por la DEA como quien pudo haber estado detrás del triple crimen.

Poggi, quien hasta la semana pasada era director de Desarrollo Industrial de General Rodríguez, llegó a las 11:40 al despacho del juez federal Federico Faggionatto Márquez, situado en 24 de Mayo al 400 de Campana, acompañado por su abogado, Ariel Fusco, que lo trasladó hasta allí en un auto Volkswagen bordó.

El ex funcionario comunal, con una gorra y anteojos negros, quedó detenido en una dependencia policial de los tribunales y luego fue sometido a algunas diligencias de rigor -fichas dactilares, revisación médica y averiguación de antecedentes-, tras lo cual fue llamado a indagatoria que comenzó a las 16.

Minutos antes, su defensor arribó al juzgado para presenciar la declaración y adelantó que Poggi estaba dispuesto a dar todas las explicaciones del caso.

La indagatoria de Poggi se prolongó hasta cerca de las 21, cuando el juez dispuso un receso hasta mañana y que el imputado sea alojado en una sede que no fue dada a conocer para su seguridad.

Fuentes de la investigación dijeron a Télam que el imputado dijo al juez que desconocía que en el galpón que alquiló en General Rodríguez había efedrina y que pensaba que los mexicanos con los que trataba se dedicaban al negocio del aceite.

El sospechoso quedó implicado en la causa en la que se investiga las operaciones de un cartel mexicano en Ingeniero Maschwitz, ya que está acusado de alquilar un galpón de General Rodríguez donde se almacenaban tambores que contenían efedrina, precursor utilizado para la elaboración de drogas sintéticas.

En tanto, durante la mañana, se presentaron ante el juzgado a declarar como testigos las tres viudas de los empresarios asesinados en General Rodríguez. Si bien ese triple crimen se investiga en otra causa que lleva adelante la fiscal de Instrucción porteña Ana Yacobucci, el juez Federal que investiga a los ’narcos’ quiso interrogarlas puntualmente sobre los teléfonos celulares que ellas y sus maridos usaban y a nombre de quiénes estaban.

Es que, en el marco de la causa de los "narcos", surgieron comunicaciones telefónicas entre una de las víctimas del triple crimen, Sebastián Forza (34), y dos de los cabecillas de la banda de mexicanos responsables del laboratorio de metanfetamina, el argentino Marcelo Tarzia y el mexicano Jesús Espinoza. "Está certificado que el teléfono que usaba Sebastián Forza para comunicarse con los narcotraficantes pertenece y estaba a nombre de un tercero que tenía relación de dependencia con Forza y era el teléfono que utilizaba Forza", dijo este mièrcoles el juez del caso.

Por tal motivo, Solange Bellone, esposa de Forza; Mariela, mujer de Damián Ferrón (37), y Verónica Colombo, viuda de Leopoldo Bina (35), declararon como testigos en la causa.

Al término de las declaraciones testimoniales, los abogados de las tres mujeres -que se unificaron bajo una misma querella-, Miguel Angel Pierri y Héctor Ramírez explicaron que se trató de una diligencia tendiente a responder sobre los teléfonos celulares.

Otra fuente de la investigación indicó a Télam que una de las testigos apuntó en su declaración a un "empresario farmacéutico argentino investigado por la DEA" como quien pudo haber tenido un móvil para que se cometa el triple crimen.

Por su parte, Pierri adelantó que para mañana tiene prevista una audiencia con el juez Fagionatto Márquez, con el fin de plantearle la hipótesis de la querella. "Las familias, lo único que quieren es investigar las muertes.

Estamos interesados en saber qué paso, nos tiene sin cuidado saber si uno realizaba tal o cual actividad porque están muertos", dijo. Pierri añadió que la querella ya tiene el móvil del crimen y consideró fundamental que se les den garantías a testigos que hoy no se animan a hablar por miedo.

La principal hipótesis que maneja la querella es que el triple crimen fue cometido en el marco de una pelea de bandas proveedoras de efedrina a carteles de drogas, ya que sospechan que Forza, Bina y Ferrón estaban por crear sociedades para poder comercializar esa sustancia, lo que perjudicaría a otros competidores del mercado ilegal de medicamentos.

Por otro lado, Faggionatto Márquez dispuso tras las declaraciones de este miércoles implantar el secreto de sumario en la causa, que mañana podría sumar la ampliación de indagatoria del procesado Tarzia y la ampliación de la testimonial de Solange Bellone.

 

 

 

 

 
   
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