Gatillo fácil

Todas las miradas apuntan al ministro López

San Luis (Pelr) 16-10-08. El suceso ocurrido en Villa Mercedes, en donde un policía disparó sin piedad una Itaka, con munición de plomo, y dio muerte a un joven, hijo de otro efectivo policial, en una situación poco confusa, aunque desde la versión oficial la quieren hacer parecer como confusa, hizo que todas las miradas apunten a las últimas directivas que el ministro de Seguridad, Guillermo López, habría impartido para brindar a la comunidad una seguridad, que finalmente se está transformando en inseguridad total.

Según una fuente policial consultada por Periodistas en la red, López habría impartido órdenes precisas, que mucho tienen que ver con su pasado militar y cuya premisa era ley, por la década del 70 y comienzos de los ‘80. “Primero disparen y luego pregunten” o la otra “¡Alto! ¿Quién vivía?”, fueron instrucciones que se impartieron a todo ciudadano que por aquella época, hizo el servicio militar obligatorio.

Quien tenga buena memoria, por esas épocas, sufrir un desperfecto mecánico frente a una guarnición militar, era sinónimo de pasar un muy mal momento, puesto que de todo lugar, aparecían militares apuntando y gritando, porque cualquiera era sospechoso. No por nada el altísimo número de desaparecidos en esos momentos, en todo el territorio nacional.

“Estamos volviendo a esos días”, dijo la fuente a nuestro medio, porque para dar a la comunidad una sensación de seguridad, la orden es directa y concreta. Todo sospechoso es peligroso. Pero esta vez, como en toda orden desmedida, la cosa salió mal.

En muchos medios, y seguramente por la “enseñanza” que dejó el sistema, todos se preguntan ¿Por qué escaparon del control los jóvenes? Cuando las preguntas deben estar dirigidas directamente a la forma de actuar de los uniformados, que tendría que ver con esta orden directa de López a la fuerza.

¿Por qué una Itaka, que se usa como arma de dispersión, con munición de goma, esta vez estaba cargada con balas de plomo? ¿Quién dio la orden de que se cargara con balas de plomo? ¿Quién cargó esa Itaka con balas de plomo y no de goma? Si los jóvenes iban en moto y la policía en autos, con obvia diferencia de velocidad ¿Por qué se optó por disparar a matar, en lugar de tratar de encerrar a los motociclistas? ¿Por qué en lugar de tirar a matar, no se completaron todas las maniobras existentes para desalentar la huida? ¿Por qué tirar a matar, si los jóvenes estaban desarmados y huyendo, cosa que no constituía peligro de muerte para los oficiales?

Éstas son las preguntas que se deben hacer, pero más allá que pueden existir más preguntas, todas deben estar guiadas a saber por qué los policías actuaron como lo hicieron, y no a tratar de investigar el por qué los jóvenes prefirieron escapar, porque debe quedar bien en claro, que el suceso no fue el desenlace de un enfrentamiento a tiros, sino que eran dos personas que escapaban, sin representar ningún tipo de peligro para las vidas de los oficiales, ni para los posibles transeúntes.

Informe: Carlos Rubén Capella
carlosrcapella@yahoo.com.ar

 

 

 

 

 
   
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