Para la Cámara Federal porteña, la privatización
de Aerolíneas estuvo “viciada desde su origen”
La justicia federal ordenó el miércoles la reactivación
de una causa por presunta estafa al Estado en la privatización
de Aerolíneas Argentinas y pidió que se cite a indagatorias
al ex presidente Carlos Menem, y a su ministro Domingo Cavallo, que
concretaron el traspaso en 1989.
El fallo de la Sala I de la Cámara Federal porteña
considera que el proceso de privatización de la empresa "estuvo
viciado desde su origen", dijeron fuentes judiciales que admitieron
que "eventualmente podría llevar a su anulación".
Entre las medidas resolutivas, el fallo ordenó poner en conocimiento
de lo resuelto al Congreso y a la Comisión Bicameral de Seguimiento
de las Privatizaciones, que ya recomendó la expropiación
de la aerolínea en el marco de su reestatización.
El fallo ordenó también la citación a indagatoria
de ex directivos de Aerolíneas Argentinas para que avance la
causa en lo referido al supuesto vaciamiento de la empresa.
La decisión la adoptaron los camaristas Eduardo Farah y Eduardo
Freiler, y reactiva una causa paralizada a raíz del sobreseimiento
provisorio dictado por la justicia.
El tercer integrante de la cámara, el flamante miembro Jorge
Ballestero, se excusó ya que intervino en el expediente de
primera instancia.
La investigación judicial por presunto peculado se abrió
en abril de 1990 a partir de la denuncia del ya fallecido abogado
nacionalista Alejandro Olmos, también promotor de la investigación
judicial sobre la deuda externa.
Durante su primer gobierno, Menem vendió Aerolíneas
Argentinas a un grupo liderado por la española Iberia, y mediante
el decreto 1591/89 dispuso la formación de una sociedad con
participación estatal argentina minoritaria.
En aquel entonces, Iberia era propiedad del Estado español
pero luego fue privatizada e incumplió el programa de inversiones
pactado. La operación se concretó por el 85 por ciento
de las acciones, por un valor de 260 millones de dólares en
efectivo y 2040 millones en bonos de la deuda externa.
En su denuncia, Olmos acusó a Menem y Cavallo de "coautores
de peculado", delito consistente en sustraer los bienes del patrimonio
estatal cuya administración les fue confiada.
A partir de 1994, el Estado argentino entregó la llamada "acción
de oro" que le permitía determinar el curso de las decisiones
empresarias, lo que dio inicio al vaciamiento de la empresa a través
de una "administración fraudulenta", dijeron fuentes
de la investigación.
Cuando Iberia fue privatizada, España transfirió Aerolíneas
Argentinas al Instituto Nacional de Industrias, antecesor de la SEPI,
que finalmente entregó la empresa al grupo Marsans.
El expediente pasó por varios juzgados hasta que el ex magistrado
Carlos Liporaci dictó el sobreseimiento de todos los imputados.
Pero los fiscales Carlos Rívolo y Claudio Navas Rial motorizaron
la reapertura del caso aduciendo irregularidades detectadas en la
transferencia.
El dato decisivo fue que en su primer balance tras la privatización
la empresa colocó en el rubro "gastos asociados a la compra"
87 millones de dólares sin explicación aparente pero
que, sospechan los investigadores judiciales, fueron las coimas pagadas.
Por parte de la empresa fueron citados a indagatoria los accionistas
Amadeo Riva, Enrique Menotti Pescarmona, Jorge Flamarique, y el entonces
director de ARSA en representación del Estado Abdo Menehem,
entre otros.
El fallo también declaró extinguida la acción
penal por prescripción respecto del ex funcionario Roberto
Dromi y por muerte también prescribieron las acciones contra
los ex ministros Erman González y Julio Mera Figueroa.