Sin la presencia de Monseñor Gabriel Barba
En el Te Deum el párroco de la Catedral aseguró que “la política es una de las formas más elevadas de la caridad, porque sirve al bien común”
La comunidad puntana se dio cita en la Iglesia Catedral, como cada aniversario de la Revolución de Mayo, para agradecer por la Nación y celebrar el orgullo de ser argentinos. La ceremonia estuvo presidida por el párroco de la Iglesia Catedral, padre Daniel Chillemi y estuvieron presentes autoridades civiles, militares, excombatientes de Malvinas y las escuadras de banderas de colegios, policía y ejército.
La ceremonia religiosa fue dirigida por el párroco de la catedral, padre Daniel Chillemi. Durante su homilía, citó al Papa Francisco, quien en el bicentenario de la Independencia el 9 de Julio del 2016, envió un sentido mensaje a todos los argentinos y pidió que “nos pongamos la patria al hombro”: “Es el amor a la Patria que me lleva a pedirles, una vez más, que se pongan la Patria al hombro, esa Patria que necesita que cada uno de nosotros le entreguemos lo mejor de nosotros mismos para mejorar, crecer, madurar”.
Para finalizar, el párroco reiteró la oración que hizo el obispo diocesano de San Luis, Gabriel Barba, en el Tedeum del año pasado: “Que nuestra Argentina sea siempre una Patria que vela, cuida y protege a cada uno de sus hijos e hijas. Porque cada habitante de nuestro suelo es indispensable y necesario. Dios bendiga a nuestra querida República Argentina”.
El mensaje
TE DEUM CON MOTIVO DEL 213° ANIVERSARIO DE LA REVOLUCIÓN DE MAYO
Como es habitual, se celebró en la catedral puntana el Te Deum, en ocasión del 213 ° aniversario de la creación del primer gobierno patrio.La ceremonia estuvo presidida por el párroco de la Iglesia Catedral, padre Daniel Chillemi y estuvieron presentes autoridades civiles, militares, excombatientes de Malvinas y las escuadras de banderas de colegios, policía y ejército.
El “Te Deum” (“A Ti, Oh Dios“) es un antiquísimo himno cristiano de alabanza y acción de gracias a Dios.
Se trata de un himno muy venerable, reservado a lo largo de la historia para agradecimientos especiales.
En Argentina se reza cada 25 de mayo, día de la Patria.
A continuación, compartimos la homilía del padre Daniel Chillemi, del Te Deum de este día.
TE DEUM 25 DE MAYO DE 2023
Bienvenidos a todos. Agradecemos la presencia de las autoridades y de todos aquellos que han querido venir a esta celebración, así como a quienes nos siguen desde sus casas para orar con nosotros.“Te Deum” en latín significa “a ti Dios” son las primeras palabras del cántico de Acción de Gracias que se reza por nuestra patria desde sus orígenes para agradecer y pedir, para acercarnos más a Dios y aprender de El cómo construir una Nación justa para todos sus hijos. El Salmo nos dice: “Demos gracias a Dios porque es bueno y su amor permanece para siempre” (Salmo 106,1)
El Papa Francisco en el bicentenario de la Independencia el 9 de Julio del 2016 envió un sentido mensaje a todos los argentinos y nos pidió que “nos pongamos la patria al hombro”. He aquí sus palabras: “Es el amor a la Patria que me lleva a pedirles, una vez más, que se pongan la Patria al hombro, esa Patria que necesita que cada uno de nosotros le entreguemos lo mejor de nosotros mismos para mejorar, crecer, madurar".
El Evangelio que acabamos de escuchar (Mt. 20, 20-28) nos enseña que el poder y la autoridad no tienen un fin en sí mismo, sino que su sentido es servir a los demás y no servirse a sí mismo. Jesús nos advierte acerca del egoísmo que desvirtúa y vicia la autoridad buscando los intereses personales antes que el Bien Común. Todos y cada uno estamos llamados a ser servidores del bien procurando lo mejor para nuestra patria cuidando el legado de los próceres que la construyeron con su sacrificio. El Santo Padre subraya la verdadera naturaleza de la política cuando nos recuerda que: “La política es una de las formas más elevadas de la caridad, porque sirve al bien común” (Papa Francisco, 16.IX.2013).
Los momentos de crisis y dificultad hacen aún más necesario la grandeza, la lucidez y el heroísmo. Hoy más que nunca necesitamos todos dar lo mejor de nosotros mismos, cada uno en su lugar y según su responsabilidad, para superar no solo los complejos problemas que atravesamos como país sino también para vencer la desesperanza y la indiferencia mezquina. Hay mucho sufrimiento en nuestras comunidades y no podemos ser pasivos y mirar para otro lado. La historia la construimos con nuestra actitud y nuestro protagonismo. San Pablo nos enseña cómo hacerlo en la Carta a los Filipenses: “todo cuanto hay de verdadero, de noble, de justo, de puro, de amable, de honorable, todo cuanto sea virtud y cosa digna de elogio, todo eso tenedlo en cuenta.
El líder, en cualquier ámbito de la sociedad, está llamado a servir la vida y la dignidad de la persona en su integridad; y para no desconectarse de la realidad que vive, ¡qué importante es la empatía!, esto es, ponerse en el lugar de la otra persona, comprenderla, ayudarla con justicia, honestidad y generosidad. La palabra de Dios nos da estos consejos tan sabios y eficaces: “No hagas a nadie lo que no quieres que te hagan” (Tob. 4, 15a) “Lo que quieran que los demás hagan con ustedes, háganlo ustedes mismos con los demás” (Lc. 6, 31). Madre Teresa de Calcuta, santa Madre Teresa, premio nobel de la paz, reflexionaba sobre la conducta de cada uno diciendo, “no podremos tal vez cambiar el mundo entero, pero sí podemos cambiar el mundo de una persona” y “por allí comenzamos”, “esa es nuestra obra”.
Jesús dijo que lo que hiciéramos a los más pequeños se lo hacemos a El mismo (Mt. 25) y también nos alentó a ser buenos porque “hasta un vaso de agua no quedará sin recompensa” (Mt. 10, 42). El bien y la justicia se inician en el corazón y en nuestra propia vida, y es allí desde donde se puede sembrar a nuestro alrededor los verdaderos valores. La patria no es algo abstracto, somos cada uno de nosotros y todos estamos llamados a construirla. Más allá de la imagen y de las fotos, “en off”, sin que nadie lo sepa tal vez, pero no indiferente ni desconocido a Dios, podemos y debemos transformar nuestra querida Nación Argentina. Si no lo hacemos nadie lo hará por nosotros. San Pablo nos exhorta: “No te dejes, pues, vencer por el mal, sino vence el mal haciendo el bien” (Romanos 12, 21).
Aquí en nuestro querido San Luis venimos de celebrar el Cristo de la Quebrada, y al Señor de Renca, es decir, al mismo Jesucristo Hijo de Dios quien “lavó los pies de sus discípulos” (Cf. Jn. 13) porque “no vino a ser servido sino a servir” (Mt 20, 28) y nos amó hasta el extremo de dar la vida por todos. El Apóstol san Juan es bien claro: “Si Dios nos ha amado así, también nosotros tenemos que amarnos unos a otros” (1 Jn. 4, 11).
La Virgen María, Madre de nuestra patria, celeste y blanca como su manto, nos proteja y bendiga, nos ayude a reconocernos hermanos de una misma misión e hijos de un mismo Dios, llamados a una causa noble y grande. Los que nos precedieron y nuestras familias lo merecen, también los que vendrán; está en nuestras manos hacerlo realidad en el hoy de nuestra historia argentina.
Quisiera finalizar expresando el deseo y la oración que hiciera nuestro Obispo, en el Te Deum del año pasado: “que nuestra Argentina sea siempre una Patria que vela, cuida y protege a cada uno de sus hijos e hijas. Porque cada habitante de nuestro suelo es indispensable y necesario.”
Dios bendiga a nuestra querida República Argentina.
