“No van a poder amedrentarnos"; dijo Evo
Morales al llegar a La Paz
El presidente de Bolivia llegó anoche a esa ciudad al cabo
de una tensa jornada y tras haber quedado varado durante 14 horas
en Viena luego de que varios gobiernos europeos prohibieran el paso
de su avión por sus espacios aéreos.
El incidente despertó la condena unánime de América
latina, varios de cuyos mandatarios se reunirán esta tarde
en Cochabamba para desagraviarlo.
El avión aterrizó minutos después de las 23.30
(las 0.30 de hoy en la Argentina) en el aeropuerto de la vecina El
Alto, donde aguardaban al mandatario el vicepresidente Alvaro García
Linera, formaciones militares y policiales a las que pasó revista,
diplomáticos extranjeros y simpatizantes y miembros de organizaciones
sociales.
Morales fue recibido cálidamente -le colocaron una corona
de flores en el cuello y le arrojaron pétalos sobre su cabeza-
y, tras entonar el Himno Nacional, dirigió un breve mensaje.
El mandatario afirmó que el incidente que sufrió “es
una abierta provocación al continente” americano y advirtió
a sus autores que “no van a poder”.
“Usaron a su agente, el imperialismo norteamericano, para amedrentarnos”
pero “nunca nos van a amedrentar, nunca nos van a asustar porque
somos un pueblo que tenemos dignidad y soberanía”, señaló.
Por el episodio que demoró su regreso, Bolivia denunció
ayer ante la Organización de Naciones Unidas (ONU) a España,
Francia, Italia y Portugal, a los que acusó de haber violado
“derechos fundamentales” de Morales, anunció la
ministra de Comunicación, Amanda Dávila, citada por
la agencia noticiosa estatal ABI.
Los países europeos revocaron anteanonoche la autorización
que habían dado para que el avión presidencial boliviano
-que llevaba a Morales de regreso a La Paz desde Moscú- atravesara
sus respectivos espacios aéreos ante la sospecha de que la
nave transportara al espía Edward Snowden, requerido por Estados
Unidos.
Sin embargo, sólo Francia admitió haber adoptado la
medida, mientras España y Portugal la desmintieron, Italia
guardó silencio y Estados Unidos la reconoció pero la
atribuyó a las autoridades de los países que las decidieron.
El presidente de Francia, François Hollande, afirmó
que su país autorizó el paso del avión cuando
tuvo certeza de que Snowden no estaba a bordo y explicó que
inicialmente había recibido “informaciones contradictorias”
al respecto, en tanto el canciller Laurent Fabius lamentó el
“contratiempo” causado a Morales.
Por su lado, el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy,
subrayó que su gobierno “autorizó” a que
Morales hiciera una escala en las islas Canarias -necesaria para abastecerse
de combustible- y añadió que “lo importante es
que Snowden no va en el avión”, mientras el canciller
José García Margallo remarcó que “nunca
hubo una prohibición”.
Asimismo, Portugal aclaró en un comunicado de su cancillería
que negó autorización para que el avión boliviano
aterrizara en sus aeropuertos por “motivos técnicos”
-estaba prevista originalmente una escala en Lisboa que, al conocerse
esta negativa, se trasladó a Canarias-, pero aseguró
que “en todo momento” permitió que la nave sobrevolara
su espacio aéreo.
En tanto, la vocera del Departamento de Estado estadounidense, Jen
Psaki, afirmó en su rueda de prensa diaria que “las decisiones
fueron tomadas por países individuales y deberían preguntar
a ellos por qué toman esa decisiones”.
El episodio motivó la condena prácticamente unánime
de los gobiernos latinoamericanos, que manifestaron solidaridad hacia
Morales tanto en comunicados como en palabras de mandatarios y cancilleres.
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner y sus colegas
de Ecuador, Surinam, Uruguay y Venezuela, Rafael Correa, Desiré
Delano Bouterse, José Mujica y Nicolás Maduro, anunciaron
su disposición a encontrarse esta tarde en Cochabamba, revelaron
el vicepresidente boliviano, Alvaro García Linera, y el canciller
ecuatoriano, Ricardo Patiño.
El incidente también generó diversas reacciones en
Bolivia, donde decenas de organizaciones sociales expresaron su apoyo
a Morales y convocaron a una concentración para esperarlo en
la céntrica plaza Murillo, frente al palacio de gobierno, en
La Paz.
Mientras tanto, diputados oficialistas pidieron a la cancillería
que declarara personas no gratas a los representantes diplomáticos
de España, Francia, Italia y Portugal, y campesinos aymaras
vestidos con ponchos rojos -que utilizan cuando se consideran en pie
de guerra- apedrearon la sede de la embajada de Francia en La Paz
y quemaron banderas de ese país y de la Unión Europea.