Sierra de las Quijadas - opinion por el guardaparque Horacio A. López
Mientras en la Argentina se crean nuevos parques nacionales,
San Luis va contra el único que tiene la provincia
Ante la estrategia llevada adelante por el gobierno provincial, para
intentar hacer desaparecer al único Parque Nacional de la provincia
de San Luis, argumentando una restitución a quienes se proclaman
“Huarpes de San Luis”, surgen algunas reflexiones, preguntas
y comentarios a modo de otras voces, sobre cuales pueden ser las implicancias
y que podría significar esta situación.
¿Quién puede tener real certeza de los móviles
y avatares en las esferas políticas, sobre este tema en particular?,
el que escribe estas líneas no lo puede aventurar, por eso
se considera que del conocimiento que cada uno tenga de las problemáticas
social-ambientales y políticas en lo nacional y latinoamericano
y la coyuntura local, y producto de la lectura de lo que se desarrollara
mas adelante, se podría ayudar al lector a sacar sus conclusiones.
¿Cuáles son los verdaderos móviles de una ley
provincial que pretende burlar un territorio que es patrimonio de
todos los pobladores y en definitiva de los argentinos, dejando a
los sanluiseños sin su Parque Nacional?.
Quizás el desconocimiento de la sociedad local, de las políticas
nacionales llevadas a cavo por organismos descentralizados del Estado
Nacional como es la Administración de Parques Nacionales (APN),
y respecto a los pueblos vecinos a las áreas protegidas bajo
su jurisdicción, permite que se pueda presentar mediáticamente
como conflictiva y contradictoria la existencia de un área
con una efectiva categoría de protección y conservación,
un Parque Nacional, y el reconocimiento e integración de una
comunidad campesina local en ese territorio.
En los últimos 10 años Parques Nacionales avanzó
en el cambio de los viejos paradigmas de administración de
áreas protegidas (que en nuestro país no hicieron otra
cosa que seguir los modelos mundiales), hacia una progresiva postura
de comprensión de los sistemas naturales en completa integración
con las comunidades que los habitan, siendo un ejemplo de esto el
manejo del P. N Lanin en su relación con las comunidades Mapuches,
en Neuquen, o la actitud de la APN frente a la decisión política
del gobierno de la provincia Salta de disolver y enajenar, la Reserva
Provincial Pizarro. Allí se asumió la responsabilidad
de impedir que Pizarro se convierta en nuevos desmontes, con la consiguiente
degradación y perdida del patrimonio natural y cultural, adquiriendo
y creando un nuevo Parque Nacional integrando al pueblo originario
Wichi.
El reconocimiento de la pre existencia étnica y por ende la
integración de pueblos originarios, tampoco podía ser
de la noche a la mañana. No se pueden soslayar décadas
de exclusión, ni tampoco la intromisión de intereses
dispares y no siempre genuinos que oportunistamente van prendidos
de los procesos político-sociales.
¿20 años no es nada?
Así fue que el Parque Nacional Sierras de las Quijadas empezó
su lento pero progresivo proceso de consolidación como patrimonio
de los sanluiseños y todos los argentinos. Con un trabajo técnico
que, sentó las bases de una verdadera administración
de un área protegida de jurisdicción nacional, con profesionales
con experiencia en este campo. Este proceso imprimió fuerte
su huella en dignificar a una población vecina generando fuentes
de trabajo genuinas.
Es por eso que hoy hay lugareños de las localidades de la
zona que son Guardaparques de escuela y baqueanos profesionales en
su trabajo, capacitados en experiencias en varias provincias del país,
o guías de sitio que trabajan con turismo nacional e internacional,
también múltiples interacciones culturales y económicas
con las comunidades vecinas en diferentes actividades y proyectos.
Cuando uno piensa en la comunidad de la región CUYANA, donde
gran cantidad de personas descienden de los huarpes o de otros grupos
étnicos, y que a quienes se pretende entregar miles de hectáreas,
hoy protegidas por un Parque Nacional, lo constituyen solo dos o tres
familias. Que no se le ha dado participación al resto de la
comunidad que comparte un mismo ascendente étnico, o cuando
los que se pretende favorecer ya son poseedores de tierras y de gran
cantidad de ganado, que es la principal amenaza de deterioro, ya que
la ganadería desenfrenada en zonas tan frágiles por
su aridez genera erosión, perdida de diversidad biológica
por deterioro del hábitat, también se genera la explotación
directa, además de las oscuras perspectivas de continuar hacia
un futuro que por el deterioro ambiental imposibilite un uso sustentable
y sostenible en el tiempo.
Hoy el Parque Nacional Sierra de las Quijadas protege áreas
boscosas y poblaciones del reino vegetal de gran importancia, especies
de fauna nativa como corzuela, pecarí, mara, vizcacha, puma,
halcón peregrino, cóndor, lampalagua, tortuga entre
otras. La desaparición de esta área protegida como tal
seguramente conllevara la desaparición de un refugio clave
de las poblaciones locales de especies en peligro de extinción
a nivel nacional y provincial como el perseguido cardenal amarillo,
el águila coronada y el guanaco.
Algunos funcionarios provinciales analizan la administración
nacional de quijadas, en los medios de prensa grafica masiva, desconociendo
u omitiendo por ejemplo que, el personal capacitado para trabajar
en áreas protegidas, único en su tipo en la provincia,
creció de 4 en el año 2000 a 18 en el 2010, siendo la
mitad personas de San Luis que fue y es formada por la APN.
Se dice que en los últimos 3 años se ha mantenido
el numero de visitantes en alrededor de 36 mil al año, pero
no que antes del año 2000 la cifra no había superado
los 30 mil, o que es el lugar mas visitado por turismo extranjero
de la provincia, turismo que busca los parques nacionales. También
que si bien la infraestructura no ha sido suficiente actualmente esta
se esta cuadruplicando con obras que rondan los 4 millones de pesos.
El habitante de San Luis podría desafiarse a visitar las áreas
protegidas de la provincia, viajando a Papagayos, Presidente Perón
en Sas. De Comechingones, Las Higueritas en Lujan, Palmares de San
Francisco, Bajo de Veliz cerca de Santa Rosa, Quebracho de la Legua
en Santa Rosa de Cantantal, los Venados como parte del ex Proyecto
Pioneros, o la desguazada Reserva la Florida, entre muchas otras,
y el Parque Nacional Sierra de las Quijadas, y comprobaría
que justamente lo que el gobierno provincial endilga a Parques Nacionales
en Quijadas es lo que sucede, y aun peor en las Áreas Protegidas
administradas por el estado provincial.
Lógicamente el marco de desarrollo para el Parque Nacional
Sierra de las Quijadas y región de influencia, la que incluye
Mendoza y San Juan, no podría haber sido peor en casi una década
de aislamiento y boicot permanente por parte del gobierno provincial.
Los que se vienen
Mientras por estos tiempos se puede contar la creación de
nuevas áreas protegidas bajo la jurisdicción de la APN,
como los concretados P.N. Monte león en Sta. Cruz, P.N. Campos
del Tuyu en Buenos Aires, que cedido por la Fundación Vida
Silvestre Arg., Reserva Nogalar de Los Toldos en Salta y los proyectos
de los Parques Nacionales Pizarro, con participación Wichi,
también en Salta, Islas del Paraná en Santa Fe, Teuco
en Chaco, con participación Kon Lec (toba), Río Santa
Cruz en Sta. Cruz, Marino Costero en el Chubut (interjurisdiccional
provincia-nación). También la implementación
de Reservas en Territorios Militares que serán administradas
en conjunto con la APN en provincias como Córdoba, Chubut y
Misiones.
En San Luis, ¿EL QUE SE VA?, Sierra de las Quijadas.
Quitarle al lugar la categoría de Parque Nacional es un desmedro
de sus propios vecinos, por la perdida de la dimensión de posibilidades
que proyecta un sitio de esa significancia, también lo es para
las operatorias de los polos turísticos provinciales como la
Villa de Merlo. Hace rondar el fantasma quizás muy real de
los proyectos de explotación PETROLERA en la zona de las Sierras
de las Quijadas. Es conocida la fragilidad de la legislaciones provinciales
en relación a los sitios de conservación, versus intereses
de explotaciones económicas. Donde priman los criterios productivistas
(ejemplo Ley de Protección de Bosques Nativos a nivel provincial),
y de la idea del progreso económico a través de la EXPLOTACION
exponencial de los bienes naturales, que son FINITOS en nuestra querida
casa, la MADRE TIERRA.
“Al leer las declaraciones de los estamentos oficiales que
pretenden encarnar la voz de una reivindicación social de los
campesinos pienso”, ¿ACASO LOS POLITICOS TAMBIEN QUERRAN
REPRESENTAR LA VOZ DE LA MADRE TIERRA?...
Horacio A. López
Guardaparque