Las FARC pidieron a Santos un cese bilateral de hostilidades

El jefe de la misión guerrillera, Iván Márquez, reclamó al gobierno que "ayude a generar un clima de tranquilidad que acompañe y favorezca las negociaciones" de paz. Anteayer finalizó la tregua a la que se habían comprometido.

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) dejaron políticamente descolocado al gobierno de Juan Manuel Santos, al reclamarle que estudie la posibilidad de firmar un cese bilateral de hostilidades. Ayer, al término del período de dos meses en el que los rebeldes observaron un cese el fuego unilateral, Iván Márquez, jefe de la misión guerrillera que participa del diálogo de paz que se celebra en Cuba desde noviembre pasado, sorprendió a la delegación oficial al pedirle que "ayude a generar un clima de tranquilidad que acompañe y favorezca las negociaciones". El gobierno no comentó la propuesta.

"Con dolor en el corazón debemos admitir que vuelve la etapa de los partes militares de guerra que nadie quiere en el país", señaló Márquez al llegar al Palacio de las Convenciones de La Habana para una nueva reunión con la delegación oficial dirigida por el ex vicepresidente Humberto de la Calle. Horas después, las autoridades colombianas atribuían a las FARC un atentado que dejó sin energía a unos 110 mil habitantes del departamento de Putumayo, en la frontera sur con Ecuador (ver aparte). Sin embargo, contra lo que es habitual, los rebeldes no reivindicaron las acciones que dañaron la red de transmisión eléctrica.

Márquez señaló que quería aprovechar la presencia de periodistas para pedirle "una vez más al gobierno que estudie la posibilidad de analizar un cese bilateral de fuego y hostilidades para rodear con un ambiente tranquilo estas conversaciones de paz". Parece difícil que el gobierno pueda dar una respuesta acorde con las pretensiones de las FARC. Al comenzar el diálogo, Santos había dicho que su decisión de conversar venía acompañada del pleno convencimiento de que sólo se podrían forzar resultados favorables manteniendo a las fuerzas armadas en campaña permanente.

"Si por alguna circunstancia el gobierno estima no pertinente ni necesario aportar este medio ambiente propicio para las conversaciones, entonces le proponemos que busquemos un tratado de regularización de la guerra ateniéndonos a las especificidades del conflicto interno del país, y así evitarle a la población mayores padecimientos", agregó Márquez. "Podemos convenir muchos aspectos para lograr este propósito humanitario", remató, al tiempo que explicó que las FARC quieren "atenuar el impacto del conflicto sobre la población civil".

Como ejemplo, citó la eventualidad de que "no se instalen más bases o unidades militares en medio de zonas pobladas", porque "equivale a establecer escudos, una situación no permitida ni tolerada por el derecho internacional humanitario". En ese sentido dijo que "si llega el momento lo discutiremos con el gobierno de una manera muy puntual". Márquez reforzó la actitud conciliadora al leer un comunicado en el que se destaca el reconocimiento de Santos "sobre el cumplimiento del cese unilateral de nuestras acciones ofensivas". El líder rebelde señaló que es "insensata" la ofensiva militar oficial contra campamentos rebeldes.

 

 

 

 

 
   
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