El Obispado mendocino admitió antiguos casos de manipulación y abusos sexuales en el instituto Verbo Encarnado

Se reflotaron antiguas denuncias por abusos en la congregación religiosa, donde su fundador y acusado Carlos Miguel Buela tuvo que renunciar al cargo. Según las autoridades religiosas, las primeras acusaciones probadas fueron "la manipulación de conciencia psicológica, deshonestidades económicas y abuso sexual".

Tras la detención de dos sacerdotes y tres empleados por "abuso sexual y corrupción de menores" en un instituto de niños hipoacúsicos en Mendoza, se reflotaron antiguas denuncias por abusos en la congregación religiosa del Verbo Encarnado, en San Rafael, donde su fundador y acusado Carlos Miguel Buela tuvo que renunciar al cargo de Superior General y fue recluido en Italia, luego de una larga investigación realizada por el Vaticano.

Un sacerdote que en la actualidad tiene 31 años denunció ante la prensa mendocina, en forma anónima, que cuando tenía 12 y mientras estuvo internado en uno de los hogares del Instituto del Verbo Encarnado en San Rafael, al sur de Mendoza, fue abusado sexualmente por un cura.

“Me ocurrió a mí, pero tengo el conocimiento de que le pasó a otros chicos”, señaló el denunciante, quien se presentó como “víctima de abuso del Instituto Menor en el Verbo Encarnado”.

Desde el Obispado del sur mendocino admitieron que "esa denuncia existió y se hizo la investigación con mucha profundidad revisando caso por caso hasta que finalmente y con intervención del Papa Francisco se decidió recluir en Italia al fundador y superior general del IVE, Carlos Buela, quien está incomunicado con el Instituto y todos sus miembros y no puede acceder al ministerio sacerdotal”.

Según confirmaron las autoridades religiosas, las primeras acusaciones probadas contra Buela fueron "la manipulación de conciencia psicológica, deshonestidades económicas y, a medida que se profundizó la investigación y los seminaristas se animaron a hablar, empezó a aparecer el abuso sexual”, delitos en la que la justicia ordinaria nunca intervino porque nunca se denunció allí”.

Desde el Obispado de San Rafael aclararon que el caso del IVE “no es semejante al del Instituto de niños sordos donde hay personas puntuales que han cometido crímenes aberrantes contra menores, dado que en San Rafael el tema puntual fue contra su fundador”.

El denunciante, que en las últimas horas saltó a los medios en forma anónima, dijo que los abusos comenzaron cuando tenía doce años “y no se lo conté a nadie por temor a quien me agredió”.

“En 1997 me ocurrieron cuatro abusos sexuales en poco tiempo, en un mismo mes, en el 2005 se lo conté a un superior y el año pasado, me di cuenta de que no se había hecho nada y repetí la denuncia con el obispo de San Rafael, Eduardo Taussig, quien tomó la denuncia, pero el sacerdote nunca fue condenado sino sólo excluido y trasladado a otro lugar.

"El tomó mi denuncia (canalizada a través del derecho canónico), esta vez por escrito y decidí no hacer la civil porque estoy esperando que la Iglesia determine algo”, dijo el denunciante.

El Instituto del Verbo encarnado realiza su labor apostólica al servicio de la Iglesia en Argentina, Estados Unidos, Medio Oriente, Chile, Tajikistán, Rusia, Italia, Brasil, Filipinas, Sudán, Perú, entre otros países.

Su apostolado, señala su sitio web, se realiza en “el estudio y en la enseñanza de la Sagrada Escritura, la Teología, los Santos Padres, la Liturgia, la Catequesis, el Ecumenismo, y el diálogo interreligioso, entre otras acciones.

 

 

 

 

 

 
   

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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