Le torcieron el brazo en dos oportunidades al gobierno provincial
San Luis (Pelr) 02-12-09. Debido a la decisión del ANSES de
pedir una declaración jurada, con la firma de un funcionario
responsable de la administración provincial, muchos que intentan
ser beneficiarios de la Asignación Universal por hijo, concurrieron
por cientos a Casa de Gobierno a buscar esa firma. En la casa del
pueblo puntano, los recibieron con las puertas cerradas y como si
se tratara de una invasión extranjera, no dejaron ingresar
a nadie. Esto enardeció los ánimos de los más
necesitados y obligó al gobierno provincial a dar marcha atrás
en su decisión de no colaborar y lograron que la mismísima
secretaria general de la Gobernación, Silvia Sosa Araujo, por
primera vez en su función, bajara a decirles que se habilitarían
mesas para firmar los papeles necesarios para que cobren la asignación
nacional. La segunda marcha atrás, la dio la propia Sosa Araujo,
cuando dijo que habilitarían las mesas en la ex Colonia Hogar,
a partir de la hora 16:00. Cuando vio el rotundo rechazo de parte
de casi las 500 almas enardecidas, inmediatamente se desdijo y les
pidió una hora para habilitar un centro de datos, en la mismísima
Casa de Gobierno.
Sosa Araujo, se mostró flojita de cintura política al
comenzar el diálogo con la gente, puesto que en lugar de dar
soluciones, comenzó a ensayar el ya clásico y aburrido
discurso oficial de la discriminación y de que, por dejar afuera
a los beneficiarios provinciales, la asignación carecía
de universalidad.
La situación no le fue ni grata ni fácil a la Secretaria
General, y tuvo que recurrir a medidas eficientes y no al discurso
político, puesto que mucha de la gente que estaba presente,
le hizo notar que la situación económica de los allí
presentes, está muy lejos de la de la propia funcionaria, y
le comunicaron que no tenían dinero para un colectivo para
dirigirse a la ex Colonia Hogar.
Fue entonces que, tras un breve cruce de palabras con el oficial de
Policía a cargo del operativo de seguridad, que les comunicó
a los presentes que tras una hora más de espera, estarían
habilitadas las mesas en la misma Casa de Gobierno, así nadie
tenía que gastar lo que no tienen, para ir a donde no querían
ir.
Con los hechos ya en la realidad, uno se puede dar cuenta de cuánto
autismo tiene este gobierno provincial, porque lo que se solucionó
en minutos, tendría que haberse pensado hace ya un tiempo y
no jugar, como siempre, con la necesidad de la gente que menos tiene.
Algún día, nuestros funcionarios tendrán que
entender, y créannos que no es tan difícil, que esta
gente pide comida, no un cero kilómetro o una mansión
en El Durazno.
Informe: Carlos Rubén Capella
carlosrcapella@yahoo.com.ar
Sosa Araujo debió dejar el discurso político de la "discriminación"
y dar soluciones