Serbia alerta sobre crisis humanitaria en Kosovo

Serbia acusó el martes a las fuerzas occidentales de tomar partido en una disputa entre serbios y albaneses en Kosovo y dijo que sus acciones podrían conducir a una "catástrofe humanitaria".

La Fuerza de Seguridad de Kosovo, KFOR, de la OTAN impidió el ingreso de camiones al norte de Kosovo, una región dominada por personas de origen serbio, dado que no logra inspeccionar la carga por culpa de las tensiones en la zona.

"Representantes de la comunidad internacional deben permanecer neutrales y no deben tomar partido como están haciendo ahora al negarse a hablar con los legítimos representantes de la República Serbia y bloqueando los convoys de comida, que podrían llevar a una catástrofe humanitaria", dijo el primer ministro serbio Mirko Cvetkovic en una declaración.

El primer ministro se refería a KFOR y EULEX, una misión de la justicia de la Unión Europea para Kosovo, que se independizó de Serbia en el 2008.

Una portavoz de la OTAN rechazó las acusaciones de falta de neutralidad de Cvetkovic.

"La OTAN no está tomando partido en esta crisis. Seguimos siendo (...) un actor neutral, ofreciendo un clima seguro como fue mandatado a KFOR, a la OTAN, por la resolución 1244 del Consejo de Seguridad", dijo la portavoz Carmen Romero.

Más temprano el martes, la OTAN dijo que enviaría cientos de soldados adicionales a Kosovo tras una escalada de violencia la semana pasada entre habitantes de origen albanés y serbio en la frontera.

"La razón para el despliegue es aliviar a las fuerzas comprometidas ahora en mantener la seguridad", dijo Romero.

"No es que la situación haya empeorado, sino que las tropas de la KFOR han estado muy activas y el comandante considera que los soldados necesitan ser aliviados (de trabajo)", agregó.

TENSIONES

La última crisis estalló la semana pasada después de que Kosovo enviara unidades de policía especial albanesa a los puestos fronterizos controlados por los serbios para aplicar una prohibición sobre las importaciones desde Serbia.

La OTAN envió tropas de paz para calmar los tres días de violencia que siguieron, en los que murió un policía albanés y nacionalistas serbios de línea dura prendieron fuego a uno de los puestos fronterizos.

El primer ministro de Kosovo, Hashim Thaci, prometió el martes resistir lo que describió como un intento de Belgrado por dividir la región norte de su pequeño país.

"No habrá una división legal y de facto del norte de Kosovo", dijo, añadiendo que cambiar las fronteras acarrearía complicaciones para toda la región.

Thaci dijo que su Gobierno estaba preparado para ayudar a los kosovares de origen serbio en el norte del país en caso de que escaseara la comida.

Con los serbios locales aún bloqueando las principales carreteras de acceso a los puestos fronterizos, la Unión Europea continúa fuertemente involucrada en tratar de calmar las tensiones, aunque Serbia expresó su preocupación por ser excluida.

Tras reunirse con funcionarios serbios, el mediador europeo Robert Cooper, llegó el martes a Kosovo para entrevistarse con líderes de la etnia albanesa e instarlos a conversar con Belgrado.

Serbia perdió el control de Kosovo en 1999, cuando la OTAN impulsó 78 días de bombardeos para acabar con la represión y limpieza étnica lanzada por el ex líder yugoslavo Slobodan Milosevic contra los rebeldes albaneses.

Kosovo se declaró independiente en el 2008, pero los 60.000 serbios que viven en el norte de la región aún consideran a Belgrado su capital.

 

 

 

 

 
   
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