Sus generadores ¿Sabrán que asesinaron
a un gran tipo?
San Luis (Pelr) 10-08-09. La muerte del jefe del Cuerpo Activo de
los Bomberos Voluntarios de San Luis, Carlos Baldúz, puso al
descubierto el peligro que encierran los incendios forestales y el
tilde de “criminales” que les cabe a todos aquellos que
los generan, aún cuando hayan generado otros en los cuales
nadie haya muerto. Pero a la vez deja al descubierto una serie de
falencias que existen en nuestra provincia.
En San Luis hay una ley que condena a quienes inician fuegos forestales
sin control alguno, pero hasta hoy existieron por centenas y nadie
está preso, simplemente porque nadie, de nuestra justicia (léase
Agentes Fiscales) investiga. La muerte de Baldúz ¿Será
motivo suficiente como para que el Agente Fiscal de turno comience
una fuerte investigación que llegue hasta las últimas
consecuencias? ¿Se atreverán a investigar si EDESAL
tiene responsabilidad en esta muerte?
Los Bomberos Voluntarios de San Luis y de Juana Koslay, vienen desde
hace mucho tiempo señalando que no tienen ni los más
mínimos elementos indispensables para desarrollar su tarea,
sin embargo un gobierno autista a todo, menos a las opulencias, sigue
dándoles la espalda, sin siquiera reconocer la inmensa tarea
comunitaria que estos muchachos y muchachas llevan adelante cada día
de su vida.
No tienen móviles, no tienen elementos de seguridad de última
generación, en fin, no tienen nada y el gobierno nada les aporta.
¿Tendrá que incendiarse totalmente la casa del gobernador,
debido a la falta de elementos de estos bomberos, para que se den
cuenta la falta que le hacen a la sociedad?
Las productoras porteñas que se llevan fortunas por nada, ¿Harán
alguna vez un programa mostrando las terribles falta de elementos
que tienen nuestros Bomberos Voluntarios? ¿Será recién
allí cuando nuestros funcionarios tomen conciencia del tema?
Carlos Baldúz fue un gran hombre, pero ya nadie se lo podrá
devolver a su familia, por más bonitas palabras de despedidas
que le den, pero no murió por la fatalidad, murió por
la terrible apatía que les mostramos como sociedad, porque
nosotros también somos culpables, porque muchas veces nos han
comentado a los periodistas “le salvamos un montón de
animales a un rico estanciero de San Luis, pero sin embargo no fue
capaz de darnos ni siquiera un baso de agua”.
Esta frase, la puede certificar cualquier periodista de San Luis,
pero sin embargo seguimos siendo cerrados como sociedad. Sólo
nos importa nuestra vida, sin tener en cuenta que muchas veces, ayudar
a otros, es ayudarnos a nosotros mismos.
Informe: Carlos Rubén Capella
carlosrcapella@yahoo.com.ar