El Papa Francisco criticó a los curas "aburridos"
y con "cara de vinagre"
El papa Francisco recordó hoy que los sacerdotes no pueden
ser "pastores con cara de vinagre, quejosos ni, lo que es peor,
pastores aburridos", durante la homilía de la misa Crismal
del Jueves Santo que celebró en la basílica de San Pedro.
La misa de hoy también rememora "el día de la
institución del sacerdocio" y por ello la homilía
del Papa, como en anteriores Jueves Santos, estuvo dedicada a los
consejos para los sacerdotes y a la "belleza" del cansancio
por dedicarse a los fieles.
El pontífice argentino Jorge Bergoglio explicó cómo
todo este servicio y cercanía a la gente cansa, pero, señaló,
"es cansancio del bueno, cansancio lleno de frutos y de alegría".
"El pueblo fiel no nos deja sin tarea directa, salvo que uno
se esconda en una oficina o ande por la ciudad en un auto con vidrios
polarizados", aseveró.
Pero a pesar de esta fatiga, el Papa indicó a los sacerdotes
que no pueden ser "pastores con cara de vinagre, quejosos ni,
lo que es peor, pastores aburridos".
Asimismo, reiteró la necesidad de pastores "con olor
a oveja" y "sonrisa de padre".
"Nada que ver con esos que huelen a perfume caro y te miran
de lejos y desde arriba", agregó.
Según consignó la agencia de noticias EFE, Francisco
inició su homilía con una confesión: "Sabéis
cuantas veces pienso en el cansancio. El cansancio de todos vosotros.
Pienso mucho y rezo por ello a menudo, especialmente cuando el que
está cansado soy yo".
"Nuestra fatiga es preciosa a los ojos de Jesús, que
nos acoge y nos pone de pie", aseguró el pontífice
en la primera ceremonia del llamado "Triduo Pasqual", el
periodo de tiempo en el que los católicos conmemoran la pasión,
muerte y resurrección de Cristo.
Francisco repasó los deberes que deben cumplir los sacerdotes
y después añadió que además hay otras
tareas como "construir un nuevo salón parroquial, o pintar
las líneas para el campo de fútbol de los jóvenes
del Oratorio".
"Son tareas en las que nuestro corazón es movido y conmovido.
Nos alegramos con los novios que se casan, reímos con el bebé
que traen a bautizar; acompañamos a los jóvenes que
se preparan para el matrimonio y a las familias; nos apenamos con
el que recibe la unción en la cama del hospital, lloramos con
los que entierran a un ser querido...", agregó.
Son deberes, según Francisco, que "fatigan el corazón
del Pastor" pues, aseguró: "para nosotros los sacerdotes
las historias de nuestra gente no son un noticiero".
"Conocemos a nuestro pueblo, podemos adivinar lo que les está
pasando en su corazón; y el nuestro, al compadecernos (al padecer
con ellos), se nos va deshilachando, se nos parte en mil pedacitos,
y es conmovido y hasta parece comido por la gente", dijo.
También instó el pontífice a los sacerdotes
"no sólo a hacer el bien, con toda la fatiga que conlleva,
sino que hay que defender al rebaño y defenderse uno mismo
contra el mal".
"El maligno es más astuto que nosotros y es capaz de
tirar abajo en un momento lo que construimos con paciencia durante
largo tiempo", dijo.
Pero les recomendó que ante ello "hay que aprender a
neutralizar el mal" y "no" arrancar la cizaña,
no pretender defender como superhombres lo que sólo el Señor
tiene que defender".
La celebración del Jueves Santo continuará esta tarde,
cuando Francisco, continuando con la tradición de cuando era
arzobispo de Buenos Aires, saldrá del Vaticano para efectuar
una misa en la cárcel romana de Rebbibia, donde lavara los
pies a doce reclusos.