Opinión por Eduardo Gargiulo *
Reforma judicial: ¡Cuidado que viene el Cuco…!
Le propongo que por un momento usted deje de lado que es un antikirchnerista
rabioso. Que lee Clarín o La Nación y considera que
Lanata es su modelo de periodista redentor, que encabeza una cruzada
anticorrupción para moralizar el país. Sólo por
un momento, aparte a un costado sus prejuicios, alimentados a diario
por el martilleo incesante que le proponen ciertos medios, a partir
de títulos contundentes, repetidos luego hasta el hartazgo
por dirigentes políticos que nada aclaran.
Haga un esfuerzo, por un momento deje de consumir los mensajes virulentos
y afiebrados que saturan las redes sociales con mensajes apocalípticos
contra la reforma judicial y profecías del fin de la democracia.
Veamos los clichés más utilizados, en torno a los proyectos
de reforma al Poder Judicial: “Intento de copamiento de la Justicia”;
“Golpe al Poder Judicial”; “atropello a la división
de poderes”, todo -por supuesto- atribuido a las oscuras maniobras
del gobierno nacional.
La pregunta de rigor es la siguiente: Sinceramente, ¿usted
leyó algo de las modificaciones propuestas? ¿Investigó
o profundizó el tema para saber, concretamente, porqué
si esto se aprueba se termina la democracia y empieza la dictadura?
Sea sincero con usted mismo: ¿Leyó algo, conoce el tema,
o en realidad formó su opinión a partir de lo que otros
dicen y los medios amplifican?
Una encuesta casera de mi propia factura, con gente diversa con la
que me crucé en los últimos días, arrojó
que sólo 2 de 18 personas conocían “algo”
de las reformas. Conocimiento superficial que provino de entrevistas
escuchadas a dirigentes opositores, no a la lectura de los proyectos.
Pues bien, como considero esencial saber de qué hablamos cuando
criticamos o elogiamos algo, paso a sintetizarle los principales aspectos
de los seis proyectos que abarca esta “democratización
de la Justicia”. Le aclaro, por las dudas, que No soy abogado,
sino un simple ciudadano que pretende informarse.
1) La ley de Reforma del Consejo de la Magistratura: los integrantes
de este cuerpo, que pasarán a ser 19 (ahora son 13), serán
elegidos por “voto popular” y podrán acceder personalidades
de distintos estamentos para que no sea "un cuerpo corporativo
sólo de los abogados". Se aclaró que "se respetarán
los mandatos vigentes".
Las principales atribuciones de este cuerpo, creado a partir de la
reforma constitucional de 1994, son “seleccionar mediante concursos
públicos los postulantes a las magistraturas inferiores; administrar
los recursos y ejecutar el presupuesto del Poder Judicial; ejercer
facultades disciplinarias sobre los magistrados e incluso decidir
la apertura del procedimiento de remoción de magistrados, en
su caso ordenar la suspensión y formular la acusación
correspondiente”.
En la actualidad lo integran 3 senadores nacionales y tres diputados
nacionales (dos por la mayoría y uno por la minoría
de cada cámara), un representante del Poder Ejecutivo Nacional,
tres que provienen del Poder Judicial, dos de los abogados y uno del
ámbito académico, a propuesta del Consejo Interuniversitario
Nacional.
En el proyecto se suman cinco académicos, de cualquier profesión,
y un abogado.
2) La ley de ingreso democrático al Poder Judicial y al Ministerio
público Fiscal y de la Defensa: se establecerá en la
ley "una mecánica que establece igualdad de condiciones
y no discriminación para quien no forma parte del Poder Judicial".
"Cada argentino con título de abogado podrá ingresar
al Poder Judicial. Se realizarán "sorteos por Lotería
Nacional" entre quienes aprueben "por mérito"
los requisitos de ingreso para ser empleado judicial. Como todos sabemos,
hasta ahora para entrar al Poder Judicial, en la mayoría de
los casos, hace falta un “contacto” que facilite el trámite...
3) La ley de Publicidad de los actos del Poder Judicial: La Corte
(Suprema) y las Cámaras tendrán obligación de
publicar las sentencias. Hasta ahora existe la obligación de
dar a publicidad los actos del Poder Ejecutivo y del Poder Legislativo,
pero no del Poder Judicial.
4) La ley de Publicidad y acceso directo a las declaraciones juradas
de los funcionarios de los tres poderes del Estado: Las declaraciones
juradas de los miembros del Poder Judicial "serán de carácter
público" y "podrán ser consultadas por internet",
sistema que rige para todos los funcionarios del gobierno nacional,
pero no para los señores jueces. ¿Cuál es el
problema de imponer transparencia sobre la situación patrimonial
de estos señores?
5) La ley de creación de las Cámaras de Casación:
este proyecto prevé la creación de Cámaras de
Casación para los fueros Civil y Comercial, Laboral y Contencioso
Administrativo, como una tercera instancia, previa a la Corte Suprema.
Algo similar ya existe para el fuero penal. Se trata de colocar una
instancia previa de apelación, para descomprimir las causas
que llegan a la última instancia (Corte Suprema).
6) La ley de regulación de medidas cautelares contra el Estado
y sus entes descentralizados: Este proyecto establece entre otras
cosas, que el tiempo de la cautelar "no podrá superar
los seis meses para llegar a la medida de fondo, salvo cuando la medida
tenga la protección directa de la vida o de la persona".
A través de la medida cautelar se interrumpe la aplicación
de leyes y en la práctica pueden pasar años antes que
se resuelva una causa, demorando el servicio de justicia, como ocurre
en miles de casos.
Así las cosas, al parecer de los seis proyectos hay básicamente
dos que son los más cuestionados. El primero, el de la integración
del Consejo de la Magistratura, porque –se dice- el gobierno
pretendería subordinar el mismo a sus propios intereses.
Afirmación al menos discutible, desde el sentido común.
Porque esta certeza da por descontado que el oficialismo ganará
las próximas elecciones. ¿Y si las pierde y gana, por
ejemplo, Macri? ¿Esto significa que Macri “manejará
la justicia a su antojo e impondrá una dictadura”? ¿Tan
poca confianza existe en la sociedad que debe votar?
El antecedente más inmediato de una reforma judicial fue la
renovación de la Corte Suprema de Justicia de la Nación,
a partir de audiencias públicas e intervención del Congreso.
Muy pocos cuestionan, actualmente, su integración, con personas
–la mayoría- de sobrados antecedentes académicos.
Esto se hizo durante la presidencia de Néstor Kirchner y, por
lo que se ve, nunca se acusó a esta Corte de favorecer con
sus fallos al gobierno. Más bien todo lo contrario, se elogia
su independencia, como incluso se advierte actualmente por sus cuestionamientos
a ciertos aspectos de la reforma propuesta.
Por otro lado, increíblemente, muchos de los que ahora defienden
dicho consejo, hasta ayer nomás se quejaban de su deslucido
funcionamiento. Usted mismo, ¿está de acuerdo con el
funcionamiento de la justicia? ¿Le parece que funciona con
eficiencia y hay que dejarla tal como está?
Lo que se pretende, en realidad, es integrar este cuerpo por personas
elegidas libre y directamente por los ciudadanos y no por una corporación,
cuyos miembros en muchos casos están estrechamente vinculados
entre sí (jueces y abogados). Y tampoco que sean elegidos a
dedo por diputados o senadores, por instrucción de sus propios
partidos.
Es decir, la integración no recaería –como hasta
ahora- en la decisión de las corporaciones (política,
judicial o de los colegios de abogados), sino en la voluntad popular.
Con respecto a las cautelares, el tema tal vez sea un poco más
complejo de entender. Especialmente las medidas que afectan al Estado.
No casualmente se han propuesto modificaciones que el oficialismo
está dispuesto a incorporar.
Una de las modificaciones se hará sobre el artículo
dos del proyecto, que establecía que las cautelares contra
el Estado dictadas por un juez incompetente -es decir, de un fuero
ajeno a la causa en curso- "sólo tendrá eficacia
cuando se encuentre comprometida la vida o la salud de una persona
o un derecho de naturaleza alimentaria".
Esto será modificado de modo tal que la cautelar dictada por
el juez incompetente tendrá eficacia "cuando se trate
de sectores socialmente vulnerables, acreditados en proceso, y se
encuentre comprometida la vida digna, conforme la Convención
Americana de los Derechos Humanos, la salud, un derecho de naturaleza
alimentaria o cuando se trate de un derecho de naturaleza ambiental".
Además, se agregará un párrafo al artículo
17, donde establece que "cuando se produzcan actos que entorpezcan
la continuidad o regularidad de los servicios públicos",
el Estado nacional podrá presentar "todo tipo de medidas
cautelares tendientes a garantizar la prestación de esos servicios".
Este artículo fue cuestionado por entender que iba en contra
del derecho a huelga, por lo que se agregará un párrafo
para aclarar que esa facultad del Estado "no será de aplicación
cuando se trate de conflictos laborales" (SIC La Nación).
En definitiva, de la lectura de los proyectos no se advierte con facilidad
a partir de qué mecanismos se producirá el “golpe”
al Poder Judicial o la alfombra que conducirá al establecimiento
de un sistema totalitario y dictatorial.
A vuelo de memoria reciente, alguna vez la sociedad también
se dividió con otras iniciativas. Fue así con el proyecto
de divorcio (el fin de la familia y la destrucción de las bases
sociales), el pago al FMI (entrega de la soberanía nacional,
subordinación a los interés transnacionales, etc.),
el matrimonio igualitario (sexo escatológico, decadencia de
los valores morales y cristianos), estatización del sistema
jubilatorio (caja política que vaciará los aportes de
los futuros jubilados), la asignación universal por hijo (plata
para los vagos, para incentivar que las mujeres procreen en vez de
trabajar), la nacionalización de YPF (avance sobre el sector
privado…)
Lo cierto es que la gente se divorcia y la sociedad sigue su curso.
Se pagó al FMI y se logró autonomía política
y control sobre las variables económicas. Las lesbianas y los
gays se casan, son felices, y en nada influyen sobre las creencias
y los valores cristianos de los heterosexuales. Las personas se siguen
jubilando y cobrando poco (por la crisis del sistema entre los que
aportan y los que se jubilan, que es otro problema). La asignación
universal permitió reducir la indigencia y los índices
de pobreza, además de aumentar el alfabetismo. YPF se está
reorganizando y desde entonces en los surtidores nunca faltó
combustible, como ocurría hasta hace poco ante cada feriado
largo (¿o ya se olvidó?).
Con estos ejemplos quiero significarle que nada es tan grave. Que
la democracia es así, unos gobiernan, proponen políticas,
y otros las resisten o las apoyan. Y que en el Congreso, donde están
todos representados, se debate, se discute y se modifican o no los
proyectos. La democracia es eso: confrontación de ideas y de
proyectos. No un convento de carmelitas descalzas, como decía
un amigo mío.
Ahora, si llegó a este punto y lo prefiere, siga participando
del cóctel de vaticinios y pronósticos tremendistas
que inundan numerosos noticieros televisivos y radiales o que se desprenden
de titulares de los principales diarios. Siga participando de cuanta
marcha le propongan, participe, involúcrese. Pero si le queda
tiempo, no pierda la oportunidad de informarse, pensar y sacar sus
propias conclusiones.
Eso es lo que haría un ciudadano responsable, que no se deja
llevar de las narices por quienes apuestan a la confusión,
antes que a la información. A la agresión, antes que
al debate racional. A la violencia, en vez de acatar el resultado
que imponen las mayorías y minorías en la discusión
parlamentaria.
Tengo para mí, cuando escucho tantas predicciones fatalistas,
que utilizan la misma técnica infantil que usaron nuestros
padres con nosotros, cuando nos portábamos mal. ¡Cuidado
que viene el cuco! , nos decían, para asustarnos. Pero el cuco
nunca aparecía…
* Eduardo Gargiulo, Docente - Periodista